La temperatura corporal es el resultado de la relación existente entre el calor que el organismo genera (endógeno) y el que pierde.
El control de la temperatura corporal es una función del hipotálamo. Tanto las neuronas de su porción anterior preóptica como las de la porción posterior reciben dos tipos de señales: una procedente de los receptores de calor y frío que llega por los nervios periféricos y otra de la temperatura de la sangre que baña la región. Estos dos tipos de señales se integran en el centro termorregulador del hipotálamo para mantener la temperatura normal. En un ambiente neutro, el metabolismo humano produce siempre más calor del necesario para mantener la temperatura corporal central entre 36.5 y 37.5°C. En condiciones normales y a pesar de las variaciones ambientales, el organismo mantiene la temperatura normal porque el centro termorregulador hipotalámico equilibra el exceso de producción de calor derivado de la actividad metabólica en los músculos y el hígado con la pérdida de calor producida a partir de la piel y los pulmones, siendo su principal función mantener el balance entre la termogénesis y la termólisis.
ALTERACIONES DE LA TEMPERATURA:
HIPERTERMIA: Es la elevación de la temperatura corporal central por encima de 37.5°C, es un mecanismo fisiológico de defensa, en respuesta a proceso infecciosos.
HIPOTERMIA: Descenso de la temperatura corporal central por debajo de 35°.
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